Descubrí tus ojos llenos de fugo emerger de entre mis piernas.
Tu mirada es la de un lobo, un lobo que anda el terreno tranquilo y seguro de conocerlo, seguro de saber que le pertenece.
Contiene en ella el calor del sol y la claridad de una luz que no permite sombra alguna. Que no permite verdades ocultas y revela todo cuanto toca.
Con el poder de desnudar mi mente y adivinar mi siguiente movimiento.
Me siento tan desnuda y frágil pero llena de fuerza y valor.
Es sorprendente cuanta ambivalencia cabe en uno de tu beso, en una sola mirada tuya y en el mismo acto de flexionar mis rodillas ante ti.
Justo cuando me abandono en ti, es cuando mas poder encuentro en mí.
Te quiero mucho.